«Crees que vas a aportar algo y no aportas nada, te enriqueces tú»
* Entrevista realizada antes del trágico terremoto de Nepal. (http://fondadolores.com/index.asp?iden=50&id=4726)
Nuestras invitadas de hoy son Bárbara Gutiérrez y Noemí Escribano, dos chicas muy valientes de Alcázar que hace un año marcharon como voluntarias a un orfanato en Nepal. Gracias a esa experiencia ha nacido ‘Camina Nepal’, ONG dedicada a ayudar a cubrir las necesidades básicas de los niños de una casa de acogida en Hetauda.
En esta primera parte Noemí y Bárbara nos cuentan cómo fue la experiencia en Nepal y dónde conocieron al resto de voluntarios (Gonzalo, Sol, Bea y Marta) procedentes de distintas partes de España.
¿Cómo nace este proyecto?
Hace un año estuvimos como voluntarias en un orfanato en Nepal. La experiencia fue maravillosa y además conocimos a gente con las mismas inquietudes e intenciones que nosotras. Allí ya surgió la idea.
Una vez en España, nos volvimos a reencontrar y volvimos a plantearlo. Después de hacer todo el papeleo pertinente, por fin podemos empezar.
Estuvimos en un orfanato de niños menores de 18 años. Vivimos la situación de 2 chavales que estaban a punto de cumplir 18 años. Una vez que los cumpliesen, tenían que abandonar el orfanato y buscarse la vida. Pensamos que había que hacer un proyecto para colaborar y mejorar esta situación.
¿Cómo llegasteis a ser voluntarias en Nepal?
Es algo que ambas habíamos querido hacer desde siempre, pero nunca habíamos tenido la oportunidad. El año pasado decidimos que era el momento. Es un paso que da un poco de miedo, la verdad, así que hacerlo las dos juntas facilitó mucho las cosas.
¿Qué os dijeron vuestras familias y amigos cuando les dijisteis que os marchabais de voluntarias a Nepal?
Al principio no se lo creían mucho, pero cuando vieron que era verdad… piensan que estás un poco loca. Pero por otro lado no les sorprendió mucho, llevábamos mucho tiempo pensando en hacerlo.
Una vez allí, ¿cómo fue la experiencia?
Inicialmente íbamos para un mes y poco más, pero finalmente nos quedamos dos meses. Fue tan genial todo lo que allí conocimos que queríamos conocerlo más. Íbamos con una idea preconcebida y cuando llegamos allí nos dimos cuenta de que no tenía nada que ver. El país es genial y la cultura te engancha muchísimo, la gente es muy agradable y los extranjeros les llaman muchísimo la atención.
Es algo parecido a una España de hace años. Íbamos a la espera de encontrarnos muchas cosas malas, pero quitando los dos primeros días en los que estábamos más desubicadas, todo fue una experiencia maravillosa.
Todo fue bueno: los chavales con los que nos tocó trabajar, los voluntarios que allí conocimos… no tenemos ni una cosa mala que decir de esta experiencia
¿Superó vuestras expectativas el trabajo en el orfanato?
Nosotras íbamos con mucho trabajo preparado. Una vez allí te das cuenta de que allí tienen un ritmo de trabajo y de vida distinto. Además, cuando llegamos, los chicos empezaban las vacaciones. Nos encontramos con una casa con unos 24 niños con diferentes discapacidades, hablando entre nepalí e inglés y tuvimos que readaptarnos a lo que teníamos en mente. Poco a poco fuimos cogiendo una rutina.
Nosotras no pensamos que hayamos dejado allí ninguna huella, nuestro trabajo no fue nada del otro mundo. Somos nosotras las que nos hemos traído cosas de allí y de esos chicos. Al final es algo un poco egoísta, te crees que vas a aportar algo y no aportas nada, te enriqueces tú.
¿Qué es lo que más os impresionó de la visita?
Muchas cosas, la situación allí es complicada, para los niños sobre todo, y para los que están en un orfanato mucho más. Sin embargo son niños felices que transmiten muchísima alegría. Nepal es un país pobre, pero no se ve tristeza en las personas. Además, son personas muy generosas y hospitalarias. Lo poco que tienen, lo comparten.
¿Qué es lo que hacíais en el orfanato?
Allí hay unos horarios muy organizados. Se levantan a las 5:30 y a las 6:30 hacen yoga y meditación antes de ir al colegio. Después del colegio comen y por la tarde, deberes. Son muy conscientes de que les están dando una oportunidad para poder estudiar y la aprovechan.
En general son muy aplicados y estudian mucho. Si les preguntabas qué querían hacer cuando fueran más mayores, todos te decían que querían seguir estudiando y tener un trabajo donde pudieran ganar dinero y poder ayudar a niños como ellos.
Redacción: Cecilia Alejandra Cañas.
Invitados: Camina Nepal.
Fotografía: Edu C. Cañas.