¿Quiénes somos y dónde caminamos?

¿Quiénes somos?

Aunque fue en 2015 cuando nos registramos oficialmente como Asociación, siempre decimos que Camina Nepal nació en 2014, el año en que nos conocimos en Nepal como voluntarios en dos casas de acogida para niños y niñas en la ciudad de Hetauda.

Durante nuestro voluntariado, fuimos testigos de las diversas problemáticas que enfrentan la infancia y la juventud en Nepal: orfandad, abandono, falta de recursos económicos en las familias, y la dificultad para continuar sus estudios tras salir de las casas de acogida, entre otras. Esa experiencia creó un fuerte vínculo entre nosotros, con un profundo sentimiento hacia el país y su gente, un sentimiento que sabíamos debía perdurar en el tiempo.
Esa inolvidable vivencia fue la que nos guió en el camino que nos llevó a fundar Camina Nepal. Desde entonces, trabajamos junto a la infancia y la juventud de Nepal a través de diferentes proyectos educativos, con el objetivo de ofrecerles un futuro más esperanzador.

¿Dónde caminamos?

Nuestro proyecto se localiza en Nepal, concretamente en Katmandú y en Hetauda.

Mapa Nepal
Mapa Hetauda

Katmandú es la capital y la ciudad más grande de Nepal, ubicada en el Valle de Katmandú, en el centro del país. Es un importante centro cultural, histórico y religioso, conocida por sus templos, stupas y monumentos. Es también un punto de partida para quienes desean explorar el Himalaya. La ciudad tiene una mezcla única de tradiciones hindúes y budistas, lo que le otorga un ambiente único que la hace muy especial.

Hetauda es una ciudad situada en el sur de Nepal, a unos 80 km de la capital. Es conocida por su industria y por ser un centro económico y comercial. Está rodeada por un paisaje montañoso y una exuberante vegetación. Además, es un importante punto de conexión para las personas que migran desde las regiones montañosas del norte al sur, haciendo que durante años haya aumentado su población.

¿Por qué Nepal?

Nepal es un país de bajos ingresos, donde la pobreza afecta a una gran parte de la población, especialmente en las áreas rurales. Un alto porcentaje de nepaleses vive en condiciones de pobreza extrema, con acceso limitado a servicios básicos como la educación y la salud.

Además de la dificultad para acceder a una educación de calidad, la infancia enfrenta serias dificultades, como la orfandad, el abandono, la desnutrición, el trabajo infantil, el tráfico de menores y los matrimonios precoces. Estas condiciones llevan a miles de niños y niñas a vivir en casas de acogida, donde a menudo no se dispone del apoyo necesario.

Cuando estos niños y niñas se conviertan en jóvenes y deban dejar las casas de acogida o ayudar en la economía familiar, seguirán enfrentando grandes desafíos. Esto se debe a que la educación en Nepal no es gratuita y muchos no podrán costear su formación, viéndose obligados a buscar trabajos precarios que solo les permitan sobrevivir, sin mayores perspectivas.

Es en este contexto donde cobra sentido la frase: “La educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo”. Los niños y niñas de hoy serán los adultos de mañana, y proporcionarles acceso a la educación es el primer paso para mejorar, paso a paso, la situación de vulnerabilidad del país.

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